El primer ministro de Canadá, Mark Carney, anunció este domingo por la noche la reanudación de las negociaciones comerciales con Estados Unidos, tras dar marcha atrás al polémico impuesto a las empresas tecnológicas estadounidenses. Esta decisión surge apenas dos días después de que el presidente Donald Trump rompiera abruptamente el diálogo bilateral, acusando a Ottawa de lanzar un “ataque directo” contra la economía estadounidense.
El impuesto digital que encendió las tensiones
La medida canadiense, conocida como Impuesto a los Servicios Digitales (DST, por sus siglas en inglés), iba a entrar en vigor el 30 de junio e incluía un gravamen del 3% sobre los ingresos de plataformas como Google, Meta, Amazon, Apple y Microsoft. Abarcaba desde la publicidad en línea hasta la venta de datos personales, afectando directamente a los gigantes tecnológicos estadounidenses.
La decisión de rescindir el impuesto fue anunciada oficialmente por el ministro de Finanzas, François-Philippe Champagne, quien afirmó que el paso busca facilitar un “acuerdo comercial integral y mutuamente beneficioso con Estados Unidos”.
Presión desde Washington y efecto inmediato
Desde su red social X, Champagne explicó que eliminar el impuesto “impulsará las conversaciones y apoyará la creación de empleos y prosperidad en ambos países”. La medida fue interpretada como una victoria para Trump, quien desde el viernes había congelado las relaciones comerciales, intensificando la presión sobre Ottawa.
Fuentes oficiales señalaron que tras una llamada entre Carney y Trump este domingo, el presidente estadounidense aceptó retomar las conversaciones comerciales.
Lecturas políticas: victoria de Trump, debilidad de Carney
Daniel Béland, politólogo de la Universidad McGill, calificó la decisión como una “clara victoria” para Trump y las grandes tecnológicas. Según el experto, Carney quedó expuesto como un líder vulnerable ante los impulsos del mandatario estadounidense.
“Trump logró exactamente lo que querían las compañías tecnológicas: frenar el impuesto sin tener que hacer concesiones. Es un triunfo estratégico para la Casa Blanca”, apuntó Béland, citado por la agencia AP.
Relación estratégica bajo tensión
Canadá es el mayor proveedor extranjero de acero y aluminio a Estados Unidos, insumos sujetos a otros aranceles impuestos por el gobierno de Trump. A pesar de formar parte del T-MEC junto a México, Ottawa opera bajo un régimen comercial especial con Washington.
Con esta retirada, Canadá busca no solo preservar su relación con su principal socio comercial, sino también evitar mayores represalias económicas en un contexto global incierto.