Ayer domingo, miles de manifestantes se congregaron en el centro de Los Ángeles para exigir el reconocimiento de los derechos de los inmigrantes que trabajan y contribuyen al sistema fiscal de Estados Unidos. La marcha, que comenzó en la histórica Placita Olvera, reunió a diversas organizaciones laborales, religiosas y de justicia social, incluyendo la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes (CHIRLA), SEIU 721, SEIU USWW, SEIU 2015, UTLA, CARCEN y el Korean Resource Center.
Los participantes recorrieron aproximadamente 1.5 millas hasta llegar al Centro de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de Estados Unidos, ubicado en la intersección de E. Aliso St. y N. Alameda St., donde se llevó a cabo un programa que incluyó discursos y actuaciones musicales.
La marcha se llevó a cabo en medio de crecientes preocupaciones por las políticas migratorias más estrictas ejecutadas por el presidente Donald Trump, incluyendo deportación masiva y la eliminación de la ciudadanía por derecho de nacimiento para los hijos de inmigrantes indocumentados. Estas medidas han generado temor e incertidumbre en las comunidades inmigrantes de todo el país.
Durante la manifestación, los asistentes portaron pancartas con mensajes como «Nadie es ilegal en tierra robada» y «No muerdan las manos que dan de comer», resaltando la importancia de los inmigrantes en la economía y la sociedad estadounidense. Ariana Murillo, una latina de primera generación nacida en Los Ángeles, asistió a la protesta para apoyar a sus padres inmigrantes de Juárez, México. «Cuando era niña, siempre me preocupaba qué haría si deportaban a mis padres», compartió Murillo. «Conozco esa lucha y ese miedo de primera mano. Ir a la protesta era mi deber, defender a mis padres y ser la única ciudadana de mi familia».
La manifestación también contó con la presencia de líderes políticos locales, quienes expresaron su apoyo a las demandas de los manifestantes y destacaron la necesidad de políticas inclusivas que reconozcan las contribuciones de los inmigrantes.
Los organizadores de la marcha hicieron un llamado al presidente donald Trump y al Congreso para que protejan a las familias inmigrantes y promulguen medidas que impidan la mano dura del presidente contra los inmigrantes. Además, instaron a los líderes federales a votar en contra de propuestas para aumentar los fondos destinados a la aplicación de la ley de inmigración y la detención, y a ampliar las protecciones para los inmigrantes que tienen estatus de protección temporal y acción diferida para los llegados en la infancia (DACA).
La marcha del domingo es parte de una serie de protestas que han surgido en todo el país en respuesta a las políticas migratorias anunciadas por la nueva administración. Ciudades como Cincinnati, Atlanta, Houston, San Antonio y Montgomery también han sido escenario de manifestaciones en apoyo a los derechos de los inmigrantes y en contra de las redadas del ICE.
En Los Ángeles, la comunidad inmigrante ha demostrado una vez más su capacidad de organización y resistencia, enviando un mensaje claro sobre la importancia de su papel en la sociedad estadounidense y la necesidad de políticas que reconozcan y protejan sus derechos.
Equipo BLUJOURNAL