Salt Lake City, UT – La Legislatura de Utah está avanzando en su plan para reducir la tasa del impuesto sobre la renta y el impuesto corporativo del estado por quinto año consecutivo, a pesar de los llamados a priorizar el financiamiento de servicios públicos esenciales.
El proyecto de ley HB106, presentado por el representante Kay Christofferson (R-Lehi), fue aprobado por el Comité de Ingresos e Impuestos de la Cámara con una votación de 8-2, reflejando una clara división partidista.
De acuerdo con un análisis de la Asociación de Contribuyentes de Utah, la reducción de impuestos permitiría a una familia promedio ahorrar alrededor de $45 al año.
“Es un monto pequeño, pero con cada reducción anual, el impacto se acumula”, afirmó Christofferson tras la sesión del comité.
Modificación en la Reducción de la Tasa del Impuesto sobre la Renta
El comité decidió avanzar con HB106, pero con modificaciones a la propuesta inicial. En un principio, el proyecto de ley contemplaba una reducción en la tasa de 4.55% a 4.45%, lo que representaría un recorte fiscal de $195 millones anuales. Sin embargo, la versión revisada ajustó la reducción al 4.5%, con un impacto estimado de $97.5 millones.
Esta decisión generó opiniones divididas. Los dos legisladores demócratas del comité votaron en contra, argumentando que la constante reducción de impuestos podría comprometer la estabilidad financiera del estado a largo plazo.
La representante Jen Dailey-Provost (D-Salt Lake City) expresó su desacuerdo con la medida:
“No veo cómo este recorte realmente beneficia a las familias de Utah. No generará un alivio financiero significativo para la mayoría de los hogares”.
Durante la audiencia pública, diversos ciudadanos y organizaciones instaron a los legisladores a destinar estos fondos a educación, infraestructura, programas sociales y servicios para personas con discapacidad.
El director ejecutivo de Voices for Utah Children, Moe Hickey, advirtió sobre las implicaciones de la reducción:
“Aunque parezca un ajuste menor, esta medida representa una pérdida significativa de ingresos para el estado, beneficiando en mayor medida a las grandes corporaciones y a los contribuyentes de mayores ingresos, en detrimento de los servicios públicos esenciales”.
Sin embargo, los legisladores republicanos sostienen que la reducción fiscal contribuirá al crecimiento económico y mejorará el atractivo del estado para negocios e inversiones.
El representante Joseph Elison (R-Toquerville) enfatizó:
“Reducir los impuestos hace de Utah un destino más atractivo tanto para empresas como para nuevos residentes”.
Postura de los Líderes Legislativos
Desde el inicio de la sesión legislativa, los recortes fiscales han sido una prioridad para la mayoría republicana. En los últimos años, la Legislatura ha aprobado reducciones fiscales acumuladas que superan los $1,000 millones.
El presidente del Senado, Stuart Adams (R-Layton), defendió la reducción de impuestos como una medida que fortalece la economía del estado:
“Gracias a la solidez económica de Utah y a nuestras políticas conservadoras, podemos devolver el dinero a los ciudadanos, quienes mejor saben cómo utilizarlo”.
Por su parte, el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Schultz (R-Hooper), destacó la necesidad de mantener la competitividad económica del estado:
“El costo de vida sigue aumentando. Al continuar reduciendo la carga fiscal, garantizamos que Utah siga siendo un estado de oportunidades y crecimiento para las futuras generaciones”.
Debate Sobre el Uso de los Recursos Estatales
La discusión sobre el destino de los fondos estatales se ha intensificado en las últimas semanas. Aunque el comité de presupuesto reservó más de $200 millones para recortes fiscales a finales de 2024, la asignación exacta de estos fondos aún no estaba definida.
El gobernador Spencer Cox, quien ha promovido reducciones fiscales en el pasado, propuso la eliminación del impuesto estatal sobre los beneficios del Seguro Social, lo que tendría un impacto fiscal de $143.8 millones. No obstante, la propuesta ha enfrentado escepticismo entre los legisladores republicanos, quienes han priorizado una reducción en la tasa del impuesto sobre la renta.
Los demócratas, por su parte, han abogado por destinar los fondos a fortalecer programas estatales, especialmente en educación y cuidado infantil.
El panorama fiscal del estado se ha complicado con la reciente actualización de las proyecciones de ingresos, que resultaron $112 millones por debajo de las expectativas anteriores. Aunque se estima que la economía de Utah crecerá un 3.5%, gran parte de los ingresos adicionales ya han sido comprometidos en aumentos salariales y financiamiento educativo previamente aprobados.
A pesar de estas restricciones, los líderes legislativos han reiterado su compromiso con los recortes fiscales.
El presidente del Senado, Stuart Adams, subrayó:
“Los recortes de impuestos siguen sobre la mesa hasta que decidamos lo contrario. Aunque los ingresos son menores de lo esperado, aún contamos con fondos reservados. Evaluaremos cuidadosamente las necesidades del estado antes de tomar una decisión final”.
El HB106 ha sido enviado a la Cámara de Representantes para su debate y posible aprobación. La Legislatura de Utah tiene hasta el 7 de marzo para votar sobre esta y otras iniciativas, mientras que el comité de presupuesto se reunirá en los próximos días para definir las recomendaciones finales para el año fiscal venidero.