Salt Lake City, Utah. — La historia de Miranda y Cole Potokar refleja tanto la esperanza como los límites de los esfuerzos estatales para enfrentar la crisis de vivienda en Utah. Después de años viviendo en el sótano de los abuelos para ahorrar y de perder múltiples oportunidades de compra por el alto costo y la rapidez de venta de las casas, la pareja finalmente logró acceder a una vivienda de dos pisos por menos de $400,000 gracias a un programa del gobernador Spencer Cox.
El plan estatal busca construir 35,000 “starter homes” en cinco años, apoyado en préstamos de bajo interés para desarrolladores. Sin embargo, a la fecha solo se han edificado o iniciado unas 5,100 unidades, una fracción de la meta, lo que deja a miles de familias en listas de espera.
El precio de la vivienda en Utah y EE.UU.
El desafío es mayúsculo: el precio promedio de una casa en Utah supera los $529,260, bastante por encima del promedio nacional de $363,000, según Zillow. Al mismo tiempo, la edad promedio de los compradores primerizos en EE.UU. alcanzó un récord de 38 años en 2024, lo que muestra que el acceso a la vivienda se ha convertido en un logro tardío más que en un paso temprano hacia la estabilidad.
El déficit nacional es de casi 5 millones de viviendas debido a años de subdesarrollo desde la crisis de 2008. En Utah, la situación se agrava con la llegada de nuevos residentes, familias numerosas y normativas de zonificación que privilegian lotes grandes, lo que incentiva a constructores a priorizar viviendas de lujo.
Expertos: la clave está en la zonificación
“Si los desarrolladores están atados a un tamaño mínimo de lote, van a construir casas de lujo”, explicó Andra Ghent, profesora de finanzas de la Universidad de Utah.
Economistas como Orphe Divounguy de Zillow insisten en que la reforma de las restricciones locales y la densificación urbana son las únicas medidas que pueden generar un cambio significativo en la oferta.
Otros estados han tomado la delantera: California, Oregón y Texas han aprobado reformas para flexibilizar la zonificación y permitir lotes más pequeños, lo que apunta hacia una tendencia nacional.
Un giro inesperado en el mercado: nuevas casas más baratas que las usadas
Un factor curioso en el mercado actual es que, por primera vez, las casas nuevas se venden más baratas que las ya existentes. Según Fast Company, en junio de 2025 el precio medio de una vivienda nueva en EE.UU. fue de $401,800, un 9% menos que el de viviendas usadas.
La razón: muchos constructores están optando por modelos más pequeños y ofrecen incentivos como tasas hipotecarias reducidas o efectivo al cierre. Además, los propietarios con hipotecas bajas o inexistentes no sienten presión por vender, lo que mantiene altos los precios de las casas existentes.
El panorama para los compradores
Para familias jóvenes, el dilema persiste. Mientras algunos logran aprovechar programas estatales y proyectos de nuevos desarrollos, muchos otros siguen excluidos del mercado. Los asesores financieros recomiendan evaluar la compra no en función de los titulares, sino de la estabilidad de ingresos, nivel de deuda y planes de permanencia en la vivienda.
En ciudades sobrecalentadas como Salt Lake City, esperar o considerar alternativas —como condominios, casas adosadas o mudanzas a mercados secundarios— puede ser más realista que lanzarse a una compra apresurada.
Conclusión
El programa de Cox demuestra que las iniciativas estatales pueden abrir puertas a familias que antes lo veían imposible. Sin embargo, con apenas un avance parcial frente a la meta y precios que continúan al alza, la realidad es clara: la crisis de vivienda en Utah y en EE.UU. aún está lejos de resolverse.