La medida se enmarca en una creciente confrontación entre la Casa Blanca y las universidades más prestigiosas del país.
WASHINGTON, D.C. — El gobierno del presidente Donald Trump ha ordenado a las agencias federales cancelar los contratos vigentes con la Universidad de Harvard, una acción que afecta alrededor de 100 millones de dólares en fondos federales. La información fue confirmada por dos altos funcionarios a la cadena CNN.
Esta decisión representa el episodio más reciente en una serie de ataques por parte del gobierno republicano contra universidades de alto perfil, a las que acusa de actuar como bastiones del liberalismo académico y resistirse a la agenda política conservadora de la administración Trump.
Harvard, en la mira del gobierno de Trump
Desde los primeros años de su mandato, Trump ha mantenido una relación tensa con las universidades más prestigiosas de EE.UU., especialmente aquellas percibidas como centros de pensamiento progresista. Harvard, una de las instituciones educativas más influyentes del mundo, ha estado frecuentemente en el centro de esta disputa.
La cancelación de los contratos, que incluían acuerdos de investigación y colaboraciones académicas, parece responder a la negativa de la universidad de acatar ciertas exigencias políticas impuestas desde la Casa Blanca. Estas incluyen desde reformas a los programas de diversidad hasta posturas sobre libertad de expresión y políticas migratorias.
Impacto potencial en la comunidad latina
La medida podría tener implicaciones significativas para estudiantes e investigadores latinos, tanto en Harvard como en otras universidades que podrían enfrentar acciones similares. Los fondos federales suelen financiar becas, programas de inclusión y proyectos de investigación con alto impacto social, muchos de los cuales benefician directamente a comunidades históricamente marginadas.
«Es preocupante que se utilicen fondos educativos como herramienta política», opinó Ana María López, profesora de políticas públicas en una universidad del noreste del país. «Las universidades deben ser espacios de pensamiento libre, no campos de batalla partidistas».
Un patrón de presión sobre la educación superior
Esta no es la primera vez que la administración Trump actúa en contra de instituciones académicas. Durante su mandato, se han promovido investigaciones sobre supuesta discriminación contra estudiantes conservadores, restricciones a programas de diversidad y recortes presupuestarios a universidades que critican al gobierno.
Expertos señalan que estas decisiones podrían sentar un precedente peligroso, debilitando la autonomía de las instituciones educativas frente al poder político.
¿Qué sigue para Harvard y otras universidades?
Aún no se han dado a conocer detalles específicos sobre qué contratos serán eliminados ni el cronograma de implementación, pero se espera una batalla legal entre la universidad y el gobierno. Harvard, por su parte, no ha emitido comentarios oficiales, aunque en declaraciones anteriores ha defendido su compromiso con la libertad académica y la diversidad institucional.
Los analistas prevén que otras universidades podrían ser blanco de medidas similares si continúan las tensiones entre el mundo académico y ciertos sectores del poder político.