Ante una serie de medidas ejecutivas y acciones legales emprendidas por la administración del presidente Donald Trump, las principales fundaciones filantrópicas de Estados Unidos han comenzado a coordinar esfuerzos para defender su independencia y preservar su estatus de exención fiscal. Organizaciones como la Fundación Ford, la Fundación Gates, la Fundación Koch y la Fundación MacArthur están liderando una respuesta conjunta sin precedentes para enfrentar lo que consideran una amenaza directa a la filantropía y la sociedad civil estadounidense.
Una Alianza Inusual
Aunque estas fundaciones históricamente han tenido enfoques ideológicos diversos, la creciente presión del gobierno ha llevado a una colaboración sin precedentes. La preocupación principal radica en una orden ejecutiva firmada el 21 de enero, que solicita investigaciones sobre grandes organizaciones sin fines de lucro y fundaciones, lo que ha generado temores sobre posibles revocaciones de su estatus de exención fiscal. Dicha revocación podría afectar gravemente las donaciones, ya que muchos benefactores dependen de los beneficios fiscales para sus contribuciones.
Para enfrentar esta situación, líderes de diversas fundaciones están preparando defensas legales, ya sea de manera individual o colectiva. Algunas fundaciones están cubriendo los costos asociados a estas defensas legales y de comunicación. Estas preparaciones también incluyen discusiones a través del Council on Foundations y la Block & Build Funder Coalition, que está considerando estructuras filantrópicas alternativas en caso de represalias gubernamentales.
Reacción del Sector Filantrópico
John Palfrey, presidente de la Fundación MacArthur, ha instado a las organizaciones filantrópicas a resistir las tendencias autoritarias del presidente Trump y a mantenerse firmes en valores fundamentales como la libertad de expresión y el estado de derecho. Mientras muchas instituciones han cedido ante la presión de la administración Trump, Palfrey aboga por la unidad y la resistencia, advirtiendo que la sociedad civil está en riesgo. La Fundación MacArthur, con activos de $7 mil millones, planea aumentar su financiamiento en más del 20% en 2025 y 2026 para compensar los recortes federales. En colaboración con otros líderes filantrópicos, Palfrey lanzó una campaña de solidaridad para defender la libertad filantrópica, obteniendo el apoyo de más de 300 organizaciones.
Aumento de Donaciones como Respuesta
La Fundación Marguerite Casey planea aumentar sus donaciones en 2025 a $130 millones, un aumento significativo respecto a sus donaciones anuales anteriores de $23 a $57 millones. Esta audaz medida responde a los cambios en las políticas federales bajo la administración Trump, incluidos recortes de financiamiento y amenazas percibidas a la independencia de las organizaciones de la sociedad civil. La fundación con sede en Seattle, establecida en 2001 por Jim Casey, tiene como objetivo apoyar iniciativas impulsadas por la comunidad y preservar los derechos a la libertad de expresión y reunión. La decisión coincide con acciones de la Casa Blanca que buscan limitar las actividades de las organizaciones sin fines de lucro relacionadas con la equidad racial y la inclusión LGBTQ+, así como un mayor escrutinio de las operaciones de las organizaciones sin fines de lucro.
Implicaciones Legales y Sociales
La administración Trump ha intensificado su campaña contra grandes firmas de abogados, acusándolas de utilizar el sistema judicial con fines partidistas o de mantener iniciativas de diversidad e inclusión contrarias a la postura de su administración. A través de órdenes ejecutivas, Trump ha revocado autorizaciones de seguridad, restringido contratos federales y prohibido a las firmas ingresar a edificios federales. Firmas como Perkins Coie, Jenner & Block, WilmerHale y Susman Godfrey respondieron con demandas, argumentando que las acciones de Trump infringen derechos constitucionales. Otras, como Paul Weiss, Skadden, Milbank y Willkie Farr, acordaron resoluciones para evitar más represalias administrativas, comprometiéndose a realizar trabajo pro bono sustancial en apoyo de causas respaldadas por la administración Trump y modificando prácticas de diversidad e inclusión.
Perspectivas Futuras
La coordinación entre fundaciones y organizaciones legales sugiere una creciente preocupación por la independencia de la sociedad civil en Estados Unidos. A medida que las políticas de la administración Trump continúan generando controversia, la respuesta unificada de estas entidades podría desempeñar un papel crucial en la defensa de los valores democráticos y la preservación del espacio cívico.
La situación actual plantea preguntas fundamentales sobre el equilibrio entre el poder ejecutivo y la autonomía de las instituciones filantrópicas y legales. La resolución de este conflicto podría tener implicaciones duraderas para la democracia estadounidense y el papel de la filantropía en la promoción del bienestar social.
Equipo BLUJOURNAL