La comunidad latina en Estados Unidos, que representa aproximadamente el 20% de la población y posee un poder adquisitivo estimado en 3.7 billones de dólares, ha comenzado a reducir significativamente su gasto en víveres y productos de consumo diario. Esta tendencia responde a la creciente preocupación por las políticas migratorias y económicas implementadas por la administración del presidente Donald Trump.
Incertidumbre económica y temor a deportaciones
Desde la llegada de Trump al poder, se han intensificado las medidas contra la inmigración indocumentada, generando un clima de inseguridad entre las comunidades latinas. El aumento de redadas y deportaciones ha llevado a muchas familias a restringir sus gastos, priorizando solo lo esencial. Según un informe del Financial Times, empresas como Colgate-Palmolive y Constellation Brands han reportado una disminución en las ventas, especialmente en estados fronterizos como California, Arizona y Texas. Analistas atribuyen esta caída tanto a la inflación como a las crecientes preocupaciones sobre la aplicación de las leyes migratorias, lo que ha llevado a muchos inmigrantes indocumentados a evitar la vida pública y la participación económica.
Impacto en grandes corporaciones
Empresas que tradicionalmente han contado con el apoyo del mercado latino están sintiendo los efectos de este cambio en el comportamiento del consumidor. Constellation Brands, fabricante de la cerveza Modelo, ha revisado a la baja sus previsiones de crecimiento, señalando que los consumidores latinos representan el 50% de su negocio cervecero. El CEO William Newlands destacó que muchos en la comunidad están preocupados por los precios elevados de productos esenciales y por cuestiones relacionadas con la inmigración. Esta preocupación ha llevado a una reducción en el gasto en categorías como restaurantes, bienes de consumo, ropa y viajes.
Por su parte, Colgate-Palmolive ha observado una disminución en la demanda de productos de cuidado personal entre los consumidores hispanos. John Faucher, director de relaciones con inversionistas de la empresa, mencionó que la inflación persistente ha afectado especialmente a los consumidores de bajos ingresos, entre ellos muchas familias hispanas.
El movimiento «Latino Freeze» y el boicot económico
En respuesta a las políticas de la administración Trump, ha surgido el movimiento «Latino Freeze», que insta a la comunidad latina a dejar de gastar dinero en grandes corporaciones como Coca-Cola, Amazon y Target. Este boicot económico busca visibilizar el poder económico de los latinos y rechazar políticas que consideran amenazantes para inmigrantes y minorías. El movimiento también propone una jornada sin compras en grandes empresas, promoviendo en su lugar el apoyo a tiendas locales y pequeños negocios latinos.
La indignación se intensificó cuando se difundieron imágenes del CEO de Coca-Cola entregando una botella conmemorativa al presidente Trump, gesto interpretado por muchos como una señal de apoyo a sus políticas migratorias. Además, surgieron denuncias de que la compañía habría despedido a cientos de empleados latinos en una planta de Texas, colaborando con las autoridades migratorias en su deportación. Aunque Coca-Cola negó rotundamente estas acusaciones, la indignación continúa creciendo.
Cambios en los hábitos de consumo
La incertidumbre económica ha llevado a cambios significativos en los hábitos de consumo de los latinos en EE. UU. Según un estudio de Kantar, los consumidores están priorizando las compras pequeñas y la variedad, sin importar que tengan que regresar pronto al mercado. La compra mensual en supermercados o hipermercados ha bajado 14% en volumen. Además, el flujo de consumidores en tiendas de barrio o almacenes pequeños ha presentado un incremento de 12%.
Este cambio en el comportamiento del consumidor también se refleja en la disminución de las compras de ropa y accesorios, con una caída del 8% en las categorías rastreadas por la firma de investigación NPD Group. El analista Marshal Cohen señaló que «claramente ha habido un repliegue» desde que Trump fue elegido, atribuyendo esta disminución al temor de ser deportado.
La combinación de políticas migratorias estrictas y una economía incierta ha llevado a la comunidad latina en Estados Unidos a reducir su gasto en víveres y productos de consumo diario. Este cambio no solo afecta a las familias latinas, sino que también tiene repercusiones significativas en grandes corporaciones que dependen de este mercado. El movimiento «Latino Freeze» destaca el poder económico de esta comunidad y su capacidad para influir en las prácticas empresariales y políticas gubernamentales.
Equipo BLUJOURNAL