El horario de verano, conocido en inglés como «Daylight Saving Time» (DST), es una práctica adoptada en gran parte de los Estados Unidos que consiste en adelantar los relojes una hora durante los meses más cálidos del año. El objetivo principal es aprovechar mejor la luz natural y, teóricamente, reducir el consumo de energía. En 2025, el horario de verano comenzará el domingo 9 de marzo y finalizará el domingo 2 de noviembre.
¿Qué implica el cambio al horario de verano?
El cambio al horario de verano implica adelantar los relojes una hora. Tradicionalmente, este ajuste se realiza a las 2:00 a.m. del segundo domingo de marzo, momento en el cual los relojes se adelantan a las 3:00 a.m. Este cambio se mantiene hasta el primer domingo de noviembre, cuando los relojes se retrasan una hora para volver al horario estándar.
¿Qué deben hacer los ciudadanos?
Para adaptarse al cambio, los ciudadanos deben adelantar sus relojes una hora antes de dormir el sábado 8 de marzo de 2025, o a las 2:00 a.m. del domingo 9 de marzo. La mayoría de los dispositivos electrónicos modernos, como smartphones, computadoras y relojes inteligentes, realizan este ajuste de forma automática. Sin embargo, es recomendable verificar y, de ser necesario, ajustar manualmente relojes analógicos o dispositivos que no actualicen la hora automáticamente.
Estados y territorios que no participan en el cambio de horario
Aunque el horario de verano es una práctica común en la mayoría de los estados de EE.UU., existen excepciones notables:
- Hawái: Debido a su proximidad al ecuador, las horas de luz solar en Hawái son bastante consistentes durante todo el año, lo que hace innecesario el ajuste horario.
- Arizona: Excepto la Nación Navajo, el estado de Arizona optó por no observar el horario de verano desde 1968, principalmente para evitar prolongar las horas de calor durante las tardes estivales.
- Territorios estadounidenses: Puerto Rico, las Islas Vírgenes, Guam, Samoa Americana y las Islas Marianas del Norte tampoco adoptan el horario de verano, manteniendo un horario estándar durante todo el año.
Historia y propósito del horario de verano
La implementación del horario de verano en Estados Unidos se remonta a la Primera Guerra Mundial, cuando se adoptó como una medida para ahorrar energía. La idea era aprovechar al máximo la luz natural y reducir el uso de iluminación artificial durante las tardes. Aunque la práctica fue suspendida después de la guerra, se reinstauró durante la Segunda Guerra Mundial y, posteriormente, se estableció de manera uniforme en 1966 con la Ley de Horario Uniforme.
Debate actual sobre la permanencia del horario de verano
En los últimos años, ha resurgido el debate sobre la eficacia y necesidad del horario de verano. Algunos estudios sugieren que el ahorro energético es mínimo y que el cambio de hora puede tener efectos adversos en la salud, como alteraciones en el sueño y aumento en el riesgo de accidentes. En 2022, el Senado aprobó el «Sunshine Protection Act», una propuesta para hacer permanente el horario de verano, pero la iniciativa se estancó en la Cámara de Representantes.
Más recientemente, el presidente electo Donald Trump ha manifestado su intención de eliminar el horario de verano, calificándolo como «muy costoso» para la nación. Esta postura ha reavivado el debate y podría conducir a cambios legislativos en el futuro cercano.
Consejos para adaptarse al cambio de horario
El cambio al horario de verano puede afectar el ritmo circadiano de las personas. Para minimizar posibles impactos, se sugieren las siguientes recomendaciones:
- Ajuste gradual: Intente acostarse y levantarse 15-20 minutos más temprano en los días previos al cambio.
- Exposición a la luz natural: Pase tiempo al aire libre durante las mañanas para ayudar a regular su reloj biológico.
- Rutinas consistentes: Mantenga horarios regulares para comidas y actividades físicas.
- Limitación de estimulantes: Reduzca el consumo de cafeína y evite el uso de dispositivos electrónicos antes de dormir.
Al seguir estos consejos, la transición al horario de verano puede ser más llevadera y menos disruptiva para la salud y el bienestar general.
Equipo BLUJOURNAL