El 7 de enero de 2025, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó un proyecto de ley que permite la deportación de inmigrantes indocumentados que cometan delitos menores no violentos, como pequeños hurtos en tiendas. Esta medida se alinea con los planes del presidente electo Donald Trump de intensificar las políticas migratorias y deportar a más de 11 millones de extranjeros en situación irregular.
La legislación, conocida como «Ley Laken Riley» en honor a una estudiante de enfermería de 22 años asesinada por un inmigrante indocumentado con antecedentes de robo, fue aprobada con 264 votos a favor y 159 en contra. Además de todos los representantes republicanos, 48 demócratas respaldaron la medida, reflejando un endurecimiento en la postura migratoria de algunos miembros del Partido Demócrata.
La ley otorga al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) la autoridad para detener a inmigrantes indocumentados acusados de delitos como robo, hurto o hurto en tiendas, quienes podrían ser deportados. Actualmente, la normativa vigente permite la deportación de inmigrantes indocumentados condenados por al menos dos delitos menores; esta nueva legislación amplía las facultades de las autoridades migratorias.
Los defensores de los derechos de los inmigrantes han expresado su preocupación, argumentando que la ley podría violar derechos constitucionales y fomentar detenciones injustas. Murad Awawdeh, presidente y CEO de la New York Immigration Coalition, criticó la medida afirmando que «todo el mundo merece su día en el tribunal y la oportunidad de defender su inocencia», y que esta legislación podría negar ese derecho fundamental.
El proyecto de ley ahora se dirige al Senado, donde los republicanos controlan 53 escaños. Sin embargo, se requiere el apoyo de al menos seis demócratas adicionales para su aprobación. Se espera que el Senado aborde la legislación este viernes.
El legislador republicano Mike Collins, quien presentó el proyecto de ley, declaró que la norma «brinda a nuestras fuerzas del orden las herramientas que necesitan para proteger a sus comunidades y garantizar que no se pierdan más vidas inocentes debido a un sistema de inmigración y justicia penal roto». Collins expresó su orgullo por la aprobación en la Cámara y confía en que el Senado y el presidente Trump conviertan la medida en ley.
No obstante, los críticos de la ley advierten que podría facilitar detenciones indiscriminadas y la deportación de inmigrantes inocentes arrestados injustamente. Según datos del ICE, la mayoría de los delitos cometidos por indocumentados son infracciones leves, como multas de tráfico o conducir bajo los efectos del alcohol. Además, estudios indican que los inmigrantes tienen tasas de encarcelamiento más bajas que los nacidos en Estados Unidos.
Adriano Espaillat, representante demócrata por Nueva York y presidente del Caucus Hispano del Congreso, votó en contra de la medida y afirmó que «este proyecto de ley con motivaciones políticas no evitará futuras tragedias, sino que, por el contrario, hará que las comunidades de inmigrantes en toda nuestra nación sean menos seguras».
La aprobación de esta ley refleja una tendencia hacia políticas migratorias más estrictas en Estados Unidos, en línea con las promesas de campaña del presidente electo Trump. Sin embargo, también ha generado un intenso debate sobre los derechos de los inmigrantes y las implicaciones éticas y legales de tales medidas.
Equipo BLUJOURNAL